Peeling facial: sencillo y muy eficaz.
Consiste en la aplicación de un producto químico sobre la piel que va a provocar una descamación de la misma y que será proporcional a la naturaleza y a la concentración del producto aplicado, al tiempo de aplicación, al tipo de piel, etc.
Se consigue de esta manera una renovación cutánea global, con desaparición de lesiones y defectos cutáneos, y mejoría del tono y textura de la piel.
Son diversos los productos que pueden utilizarse: resorcina, ácido tricloroacético, ácido salicílico, ácido Glicólico, fenol, ácido láctico,...
Se trata, en todos los casos, de tratamientos ambulatorios pudiéndose reincorporar a sus labores habituales de forma inmediata.
Resulta imprescindible una adecuada preparación de la piel antes del Peeling, mediante cremas específicas y la participación de una esteticista competente. Después del Peeling deben, asimismo, establecerse los adecuados tratamientos de mantenimiento y protección solar.
Puede desarrollarse en una única sesión, o en varias sesiones, más o menos espaciadas en el tiempo. El Peeling es el tratamiento del rejuvenecimiento cutáneo facial, puesto que, amén de eliminar las manchas cutáneas y las pequeñas arrugas, devuelven a la piel el color, la textura y el tono perdidos con el paso del tiempo y la ingerencia de agentes nocivos como el sol, el tabaco, el alcohol, el stress,...
En muchos casos, es conveniente asociarlos a otros tratamientos faciales como la mesoterapia con ac. hialurónico y vitaminas, la bioestimulación con plasma rico en plaquetas, la colocación de hilos tensores, etc.
Habitualmente serán necesarias tres o cuatro sesiones.
Generalmente harán falta dos sesiones.
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