• Garbanzos
• cebolla
• ajo y laurel
• aceite y sal
La noche de antes dejar a remojo los garbanzos en agua con sal. Al día siguiente lavarlos y ponerlos a hervir con poca agua y sal. Seguidamente añadiremos un poco de aceite, la cebolla partida, ajo y laurel, todo en crudo. Se cuece todo a fuego lento y cuando los garbanzos estén tiernos se retiran del fuego. Dejar reposar antes de servir.
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